La revolución de la información y la comunicación
Los medios de comunicación han ido evolucionando constantemente. Desde
el invento de la imprenta, comenzó una nueva etapa en el pensamiento y la
comunicación de la humanidad, aunque en un principio solo se podía compartir
esa información en un grupo reducido de personas o en una comunidad aislada,
hoy en día, un mensaje de cualquiera de nosotros puede dar la vuelta al mundo
en cuestión de segundos.
La gran diferencia entre los medios tradicionales y los digitales, es
que estos últimos tienen una regla: Nadie controla el internet. Con el paso del
tiempo, la prensa, la radio y la televisión han cambiado sus objetivos, o mejor
dicho, los han cambiado quienes los manejan. Durante una larga etapa de la
historia estos medios han sido las más grandes fuentes de información a las que
se ha pegado la mayoría de la población en todo el mundo, y esto ha sido el
foco de interés de quienes tienen el poder. Es lógico que quienes buscan más
poder e influencia, tienen que recurrir a alguien o algo que haga llegar sus
ideas a los demás y persuadirlos. En la actualidad estos medios han sido el
factor principal que influye en la manipulación de las personas, la gente se ha
apegado a creer que estas fuentes son completamente ciertas, que ya no se
cuestionan lo que les informan. No son autocríticos, y esto solo representa un
punto débil de la población por donde pueden atacar quienes buscan un beneficio
en ello.
Como dice Manuel Castells en su
texto El impacto de Internet en la sociedad: una perspectiva global “Los
aparatos ideológicos y los medios de comunicación de masas han sido y siguen
siendo herramientas útiles para manipular la comunicación y afianzar el poder.
Pero, desde su aparición, la nueva cultura de la autonomía ha encontrado en las
redes de comunicación por Internet y telefonía móvil un medio incomparable de autocomunicación y autoorganización de masas”.
Es precisamente ahí donde comienza la batalla de Internet contra los
otros medios; desde que comenzó el auge de las comunidades virtuales, los
usuarios se dieron cuenta que tenían un gran poder en las manos. La capacidad
de expresar lo que en otros lados no se decía.
Si bien la no existencia de intermediarios representa un beneficio,
también tiene sus desventajas. No toda la información que circula por este
medio puede ser confiable.
Las tecnologías hace tiempo que
generan transformaciones positivas en los medios tradicionales. En Internet,
las empresas de prensa, radio y televisión, comienzan a descubrir un nuevo
espacio de acción, que exige una nueva forma de hacer las cosas. Esto significa
que al
colocarse en línea deben asumir una nueva posición, porque se trata de otro
soporte, con características propias, que ofrece oportunidades y que exige,
nuevas formas.
En su mayoría es la
población joven quien ha preferido informarse por medio de las redes sociales.
También una parte importante de este medio que toma cada día más poder, son
personajes y organizaciones que trabajan por ofrecer lo que en otros lados se
callan. Y
esto es porque la mayoría de televisores, radiodifusoras
y diarios están al servicio de particulares que buscan beneficiarse de la incapacidad
de los demás, y el que corra riesgo su credibilidad representa un peligro para
sus intereses.
Las redes sociales son frecuentemente
un negocio, pero uno basado en ofrecer libertad de expresión e interacción
humana. Cuando tratan de manipular esta oferta, se arriesgan a quedarse sin
usuarios. Es por eso que Internet y las redes sociales pueden ser la mejor
opción de nuestra época para informarse, ya que no están corrompidos.
Cada día son más quienes prefieren
buscar entretenimiento e información en páginas web en lugar de ver la
televisión o escuchar la radio que pierden su prestigio y credibilidad.
En muchos
casos, las redes sociales perfeccionan la configuración de las agendas de
opinión pública, construyendo un esquema circular en el cual los temas
principales comienzan por las personas, son manipulados por los medios y vuelven
estos sujetos. Actualmente, los individuos tienen el poder de imponer los temas
principales de la agenda, por lo que se ven cada vez menos influenciados por
los medios, que sin embargo, ocupan un rol fundamental en esta teoría.
El periodista en
transformación
Jesús Canga Larequi, en su texto Periodismo
e Internet: nuevo medio, vieja profesión, explica que “el periodismo ha
experimentado sucesivos cambios a lo largo de su historia. Cambios que afectan
a la profesión y a los profesionales. Y todos estos cambios casi siempre vienen
marcados por los avances tecnológicos. Es la tecnología la que marca, en muchos
casos, los ciclos evolutivos de determinados avances y la que acorta la duración
de los mismos cada vez a mayor velocidad”.
La aparición de “nuevos medios” o tecnología,
no supone la desaparición de los ya existentes, sino la necesidad de complementarse.
Los medios clásicos (prensa, radio y televisión) se reconstruyen con Internet, porque están obligados a revisarse y potenciar sus
ventajas y características únicas. Para esto, han tenido que variar su
estrategia para acomodarse y competir en la red con el desarrollo de nuevos
productos.
Tampoco
puede afirmarse que las máquinas y las tecnologías están sustituyendo a los
periodistas. Por el contrario, el desarrollo tecnológico abre nuevas
oportunidades de producción y desafíos a la creatividad. El nuevo medio añade
dos elementos buscados por el periodismo: la inmediatez y la disponibilidad de
un espacio casi infinito para publicar información. Mientras tanto las empresas
periodísticas maximizan su producción, y muchas veces obligan a sus
trabajadores a realizar tareas ajenas a la profesión. Hay una nueva figura del
periodista que además de conseguir la información, investigar y producir la
noticia, tiene que tener también conocimientos de edición de audio y video, y
hasta de manejo de otros recursos digitales vinculados con la emisión del
producto final. Sin embargo, no hay que olvidar que lo realmente importante de
su trabajo es comunicar la información independientemente del medio utilizado.
Efectos
sociales de internet
Manuel Castells, en su texto El
impacto de internet en la sociedad: una perspectiva global, expone que “…los
medios a menudo informan de que un uso intensivo de internet aumenta el riesgo
de enajenación, aislamiento, depresión o distanciamiento social”.
En la red,
la sociabilidad se compone en forma de individualismo a través de la búsqueda
de personas con intereses similares, en un proceso que combina la interacción
del mundo virtual y real. Como dice
Castells, la idea de
que internet aísla a las personas es
falsa. Investigaciones realizadas han concluido que internet no aísla a las
personas ni reduce su sociabilidad, sino que en realidad la aumenta. El uso de
internet les da a las personas una sensación de seguridad, libertad personal,
predominio, y autonomía, factores que tienen un efecto positivo sobre la
felicidad y el bienestar personal. El aumento de la sociabilidad, es
proporcionado por la conectividad permanente y las redes sociales en la web. La
edad no afecta en estas relaciones sociales, ya que es importante en todas las
edades.
A través de
estas redes, la gente comparte su experiencia
con algunas ventajas como la facilidad, bajo costo y accesibilidad de contacto con
personas que viven en lugares remotos o de acceso limitado. Estas redes, trascienden
el tiempo y el espacio, generando contenido y creando vínculos.
Sin
internet nunca se habría experimentado el desarrollo de las conexiones en red
como mecanismo fundamental del cambio social en todos los aspectos de la vida
en sociedad. Aprovechando los límites de tiempo
y espacio: En Internet, los temas pueden tratarse con mayor profundidad porque
no están sujetos a las limitaciones físicas de los medios tradicionales.
Pero como toda tecnología, resulta beneficiosa
para la humanidad en la medida que el hombre reconoce sus atributos y les da
uso, queda en manos de los profesionales la labor de continuar planteándose
interrogantes e ir buscando respuestas.
Salvo por pequeños errores u omisiones de palabras, considero que la lectura es clara y que las citas están bien integradas a lo largo del texto. Las reflexiones son válidas y están bien argumentadas. Si bien el eje es evidente, considero que hubiese sido oportuno plantear una conclusión que integre los distintos subtítulos presentados a lo largo del texto.
ResponderEliminarLucía Monserrat