Brenda Schönfeld
La fugacidad de las noticias
“El periodismo se basa en
la falsa creencia de que todos los días sucede algo nuevo” dijo Jorge Luis
Borges en 1975, durante la conversación que mantuvo con Ernesto Sábato y que
luego fue publicado en forma de libro por Orlando Barone. “Nadie piensa que deba recordarse lo que está
escrito en un diario. Un diario, digo, se escribe para el olvido,
deliberadamente para el olvido” agregó el polémico escritor argentino. 41 años
después, el mercado de la prensa pareciera funcionar de la misma manera, sólo
que ahora con una mayor y peligrosa vertiginosidad.
Entre tanta urgencia,
novedad e instantaneidad, un par de minutos son suficientes para caducar una
noticia y ser remplazada por una nueva. La tecnología que se fue implementando
en los últimos años permitió que la comunicación
se realice a través de otros canales. En este contexto, es evidente que la
forma de ejercer el periodismo fue mutando para adaptarse a las demandas del
presente.
Internet logró derribar las
barreras del tiempo y espacio. Modificó los modos de relacionarnos y por ende
transformó los medios tradicionales: la radio, la televisión y muy notablemente
la prensa escrita. La metamorfosis que están sufriendo los periódicos de todo
el mundo es el reflejo contundente de la manera en la que se genera, circula y
se comparte la información.
El reconocido diario de España, El País, disminuyó considerablemente la
producción de ejemplares impresos, a pesar de seguir siendo el más vendido en
su territorio y con amplia ventaja con respecto a la competencia. La compañía
tuvo que afrontar esta situación, que amenaza con ser apocalíptica, con medidas
de ajuste y de reorganización en su redacción. Sin embargo, su versión digital
consiguió crecer hasta un 31%, según cifras del año pasado, y se convirtió en
el periódico virtual más leído en español.
Desde esta perspectiva, internet debe ser considerado como un nuevo
medio, pero eso no significa que surge en sustitución o eliminación de los medios
anteriores. Al contrario, debe potenciarlos ya que funcionan
complementariamente. El catedrático en periodismo, Jesús Canga Larequi, señala
que el negocio de la prensa no es el soporte, es la información. Entonces, los
diarios no están sobreviviendo, se están reinventando. Las personas no dejan de
comprarlos porque ya no quieran leerlos para informarse, sino que ahora lo
hacen mediante la utilización de otro soporte.
La tecnología nos brinda la posibilidad de que podamos conocer lo que
pasa mediante la pantalla que tengamos más cerca, ya sea del celular, la tablet
o la computadora. Todo el tiempo y todas las veces que queramos. El nuevo medio
tiene dos características que lo distingue: la instantaneidad y la capacidad
infinita de espacio. A partir de este par de rasgos es preciso profundizar en
cómo emergen y mueren las noticias en la actualidad.
Se suele decir que el diario impreso ya nace viejo. Pero por otra parte,
la mayoría de las primicias de los sitios digitales parece que envejecen más
rápido aún. Es el frenesí del tiempo él que le pone fecha de vencimiento a la
información. Cada minuto es suficiente para que un nuevo suceso desplace al
anterior, haciéndolo desaparecer, dejándolo suspendido e incompleto. Jim
Hoagland es un columnista estadounidense que en 1994 escribió que “el
periodismo es la única forma narrativa en la que es posible omitir un final.
Una historia no termina cuando quién esta escuchando no insiste para saber como
va a concluir”. Es así como una noticia se desvanece cuando deja de provocar
interés.
La realidad se construye y reconstruye a través de los medios de
comunicación que funcionan como escenario. Lo que allí se presenta está pensado
para ser consumido por el público. Es decir, que internet otorgue la
posibilidad de que no haya un límite de espacio como en el papel, no significa
que exista mayor cantidad de información y pluralidad. Al contrario,
paradójicamente se corre el riesgo de que los medios den datos más
superficiales y sintéticos para no aburrir a sus lectores. De este modo, muchos
profesionales del rubro trabajan en función de dar a conocer los hechos que
consideran relevantes y que van a ser leídas por una mayor cantidad de
personas.
Tenemos la sensación de que la
web nos dio la autonomía de poder elegir lo que queremos saber y que además,
somos capaces de estar al tanto de todo lo que está sucediendo en el momento.
Pero es necesario preguntarnos que tan cierto es esto, porque aunque utilicemos
diferentes medios todos hablan de lo mismo, aunque probablemente desde
distintos puntos de vista. Por lo tanto, sólo nos enteramos de lo que las
noticias nos quieren contar. Los acontecimientos que no tienen esa cuota de
novedad, sorpresa o sensacionalismo, no son primicia ni van a serlo nunca.
Simplemente quedan guardadas para el olvido y el silencio, ya que no son temas
importantes o vendibles para la agenda que se renueva cotidianamente.
Maxwell E. McCombs y Donald Shaw realizaron un
análisis acerca del concepto de agenda-setting, que hace referencia a como los
medios de comunicación ignoran, seleccionan y jerarquizan los hechos del día. Y
además, como repercuten en la opinión y los debates de sus receptores. Si bien,
la teoría de establecimiento periodístico de temas fue formulada por estos
autores en 1977, en la actualidad sigue estando en vigencia. Las personas no
repiten lo que los medios dicen, pero generalmente solo se nutren y hablan
sobre los tópicos que la prensa les ofrecen.
La imperativa inmediatez de publicar nuevos hechos ocasiona que la
mayoría carezcan de investigación e indagación. Los comunicadores trabajan más
y en menos tiempo para generar noticias breves y fugaces que mueren al
instante. Por este motivo, es importante para todos los periódicos digitales
reforzar el compromiso por informar en fidelidad a la verdad. Averiguar el
origen de las fuentes, corroborar los datos y no mediatizar sobre cuestiones
sensibles como por ejemplo la violencia y las muertes. Es obligatorio aumentar
la credibilidad, para no divulgar incidentes falsos o tergiversados.
Jorge Luis Borges lo dijo cuatro décadas antes, los periódicos nos
convencen de que todo el tiempo suceden cosas de las que debemos estar al
tanto. Pero también, nos hacen creer que todo lo que no está escrito en las
páginas de un diario o de su sitio web, nunca pasó ni existió. En la
introducción del libro La fabricación de la información. Los periodistas y la
ideología de la comunicación de Florence Aubenas y Miguel Benasayag expresa que
“el trabajo del periodista no consiste más en rendir cuenta a la realidad, sino
en hacer entrar a esta en el mundo de la representación. Este fenómeno nos ha
llevado a considerar a la prensa no como una de las piezas de nuestro sistema,
sino como un universo en sí mismo, autónomo, con sus códigos, con sus imágenes,
su lenguaje, sus verdades”.
Las noticias son efímeras, se esfuman inconclusas casi al mismo momento
de aparecer. Sin embargo, es importante que los periodistas ejerzan su
profesión comprometiéndose a comunicar verazmente para generar obras que
trasciendan la novedad de la agenda y perduren entre tanta fugacidad.
Greta Bellmann: La pieza es buena y su lectura es llevadera. Me parece que la cita de Jorges Luis Borges es un buen recurso para comenzar porque atraer la atención del lector. Aunque nombra distintos autores teóricos el ejemplo del caso del diario El País ayuda a que el texto no adquiera un carácter académico.
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