Por: Gabriela Coronel
¿Cuántas veces mataron al Chavo del 8? ¿Diez, quince, veinte? No sé…
pero un día, el comediante mexicano que habíamos disfrutado en nuestra infancia
había muerto y los medios lo tenían que chequear, algunos integrantes de la
comedia tenían que salir a hablar, el funeral se había mostrado en diversos
canales de televisión y en distintos países. ¿Pero por qué se tuvo que filmar?
Es cierto que Roberto Gómez Bolaños había traspasado las fronteras con su
elenco y su querido personaje El Chavo del 8… Pero ¿por qué? ¿A la gente
realmente le iba a modificar su vida que la ceremonia sea íntima con sus
allegados? ¿Acaso habrá sido su popularidad que lo condicionó para que lo
privado pase a ser público o en realidad el público lo pedía y los medios
necesitaban los puntos de ranking?
Parafraseando al autor Furio Colombo en el texto Como nace una noticia,
él describe que la noticia nace en un instante, siendo grande, amenazadora e
impresionante.
Tomando esta descripción podemos asimilarlo con el fallecimiento de
Chespirito. Por un lado tenemos a un grupo de medios que estaban ansiosos de
querer mostrarlo para poder tener la primicia y por otro había un público en el
que de un modo directo o indirecto le interesaba la publicación.
Años anteriores también se había difundido rumores que luego serían
noticias, diciendo que el comediante había muerto, esto sucedía (y sucede) con
él y con otros tantos personajes del espectáculo. Pero atrás de estos dichos
había (y hay) un público, que al principio se creía la información y los medios
hegemónicos confirmaban el reportaje, del que luego tendrían que desmentirlo o
que el supuesto muerto tendría que llamar para asegurar que estaba vivo. Este
tipo de desinformación fue generando a largo plazo una desconfianza, tanto en
los medios tradicionales como en los espectadores.
A su vez, Furio Colombo, describe que el nacimiento de una noticia tiene
cuatro aspectos. El primero, es la vigencia, la relevancia y a su vez que se
use como instrumento para nuevas noticias. El segundo, es la atención del
público por la temática ya que se van a producir más escritos sobre el suceso.
El tercero, es la cantidad de personas implicadas en el mismo. El cuarto, la
cantidad de periodistas cubriendo el acontecimiento, esto dará al nacimiento o
la fuerza de circulación.
En el diario digital El tiempo de Colombia actualmente se puede leer la
noticia del 2014, en donde un vocero de Televisa anunciaba que en el Estadio
Azteca de Ciudad de México se iba a preparar para la recepción de 105.000
personas que podían participar de la ceremonia y despedir al comediante,
llevando una flor blanca en homenaje a la trayectoria del actor, en los
horarios correspondientes. Este suceso fue masivo, muchos seguidores de la
clásica serie habían asistido disfrazados con la ropa de algunos personajes
principales o con las antenitas que caracterizaban al Chapulín Colorado,
algunos habían viajado de países limítrofes para poder concurrir un rato de
esas cinco horas que duraba la ceremonia y otros lo veían desde la televisión
mientras los medios recordaban su trayectoria, algunas disputas entre los
integrantes del elenco, entrevistas que le habían hecho a Gómez Bolaños, etc.
Como podremos observar las noticias son una construcción entre lo que se
dice y lo que no se dice, dependen de los intereses de las agencias de
noticias, el consumo, la inclinación política, económica, cultural. En palabras
de McCombs y Shaw dice: “¿No crea la prensa realmente cuestiones políticas y
sociales mediante la elección de noticia que hace día tras día?”[1]
(Des) información, he ahí el dilema
Actualmente en los canales de televisión se puede observar los zócalos
en donde se les ofrece a los ciudadanos ser periodista por un día, en el cual ellos
pueden mandar la foto de un suceso que haya pasado. Usando la denominación del
Dr. Larequi podemos decir que se trata de periodista de calle.
¿Será que hay cierto desprestigio por la carrera del periodista o es la
misma necesidad de que las noticias sean instantáneas?
Una persona que estudia Periodismo o Comunicación Social tiene una formación
y una enseñanza que le permite ser consciente de lo que se publica y lo que no,
las palabras que se utiliza y las que no, el sonido, las imágenes, el color,
para que el mensaje llegue de determinada manera y tenga el impacto entre los
espectadores que se requiere. En cambio el televidente que ve esa oportunidad,
que se está ofreciendo desconoce total o parcialmente estas manipulaciones del
mensaje. En este trasfondo también hay una cuestión económica, en el que a uno
se le tiene que pagar porque se formó en su trabajo y en otro no porque es un
televidente en donde se le está ofreciendo si desea o no desea hacerlo.
No es novedad que desde los productores de los medios gráficos,
radiales, televisivos se crea el mensaje que necesitan transmitir. En la
sociedad que vivimos es común que podamos culpar a las redes sociales, por que
distorsionan la verdad pero ignoramos que antes también sucedía. Cuando fue la
guerra de Las Malvinas desde la televisión se decía que íbamos ganando pero
cuando terminó se supo la verdad. Habíamos perdido.
Hoy en día estamos vinculados con las noticas que suceden a cada minuto.
Podemos observar que la necesidad de la instantaneidad lleva a que muchas
primicias no estén bien corroboradas y luego tengan que desmentirlas o en
algunos casos eliminarlas, como sucede con algunos diarios digitales. A su vez
el universo virtual ofrece distintas plataformas para que se vayan creando
nuevos diarios digitales o radios que se escuchan a través de una página web.
Estas nuevas voces también con llevan a que algunos medios se tomen con más
seriedad por la trayectoria que tienen y los que surgieron hace poco sean
vistos con más desconfianza. Pero estas nuevas competencias virtuales también
se contraponen con los medios hegemónicos, poniendo en cuestión la verdad, las
denuncias sociales que se realizan contra los poderosos. Como es el caso de la
revista La garganta poderosa, en la que se denuncia la falta de humanidad de
parte de los gobernantes sobre las villas, teniendo un enfoque que está en
contraposición de la sociedad patriarcal- capitalista.
Benesayas (con Aubenas) hacen una reflexión en la que dicen que “luego
de haber creído durante un largo tiempo que una cosa es cierta ‘porque ella
está escrita en el periódico’ la convicción popular se ha invertido.”[2] Partiendo desde esta
perspectiva, podemos preguntarnos si al omitir la opinión de otros medios, ya
sea porque su línea ideológica es distinta a la que nosotros estamos a favor o
no tiene determinada trayectoria, ¿estamos prefiriendo de manera conscientes de
que elegimos estar desinformados?
[1]
M.E. McCombs y D.L. Shaw, ¿Qué agenda
cumple la noticia? en El poder de los medios en la política. Grupo editor
Latinoamericano. Colección Temas.
[2] F.
Aubenas y M. Benasayas, Introducción en La fabricación de la información: Los
periodistas y la ideología de la comunicación. Puñaladas de ensayos de punta
Colihue
Es interesante el tema de introducción, ya que el fallecimiento del Chavo llegó de forma imponente a las redes sociales y es una buena forma de explicar la postura a un público joven universitario. Ahora bien, cuando llegan las preguntas "¿por qué? ¿A la gente realmente le iba a modificar su vida que la ceremonia sea íntima con sus allegados?" se pierde el hilo debido a que la pregunta "por qué" es demasiado amplia.
ResponderEliminarMás adelante, el planteo sobre la guerra de Malvinas y la desinfomación es interesante y también ayuda a entender la teoría citada.
Un tercer punto. Comparto la idea que trasmite el párrafo que habla de La Garganta Poderosa pero tal vez como estudiantes de comunicación estamos más familiarizados con el tema que estudiantes de otras carreras, como ingeniería por ejemplo. Capaz no es relevante en este texto o haya que explicarlo mejor.
En resumidas cuentas: al introducir acontecimientos cotidianos la lectura se hace más ligera, pero tal vez provoca que el lector no entienda para dónde va la idea. Me parece llevadera la lectura y un buen anclaje al texto de McCombs y Shaw
Elizabeth Maier