Por: Keila Udrizard
El hombre es un ser
eminentemente adaptativo. Desde un punto de vista físico, el ser humano es
capaz de adaptarse a cualquier tipo de cambio, alimenticio, climatológico,
tecnológico, social. En ésta capacidad de acomodación, hay un elemento que
interviene: la inteligencia, junto a ésta y la capacidad de resolver problemas
es lo que permite al hombre adaptarse con relativa facilidad.
Aunque adaptarse no es algo
sencillo, lleva su tiempo y comprensión. Algunos se rinden en el intento, como
lo hizo el periodista uruguayo Leonardo Haberkorn, en su texto “Con mi música y
Fallaci a otra parte”. Internet y la tecnología van de la mano, la queja del
periodista reside en que se rinde, decide no luchar ante “esa” incomprensible
multitud de estudiantes de Comunicación, ya que no logra captar la atención de ellos,
consumidos por las redes sociales, y Haberkorn solo reafirma: “Me ganaron. Me
rindo. Tiro la toalla.”
A este problema, podemos
encuadrarlo en el ámbito pedagógico, quizás el profesor es quien deba
implementar un sistema diferente para atraer la atención de sus estudiantes, sin
embargo, para Haberkorn el inconveniente es que sus alumnos están perdidos en
que “Una sucesión interminable de imágenes de amigos sonrientes les bombardea
el cerebro. El tiempo se les va en eso.” Entonces para el periodista Haberkorn
la tecnología es la era de la distracción, una persona podría hacer uso de este
mundo que es el internet y las nuevas tecnologías, además como medio de
distracción.
Lo que implica en el ámbito
laboral como periodista, una empresa hoy en día, o mejor dicho, los nuevos
medios, se adaptan a un nuevo soporte, reúnen los tres medios tradicionales,
textos, sonidos, imágenes, este nuevo medio es inmediato, indispensable en un
espacio casi infinito para publicar informaciones, parafraseando a Jesus Canga
Larequi, en su texto “Periodismo e internet: nuevo medio, vieja profesión”
Estos nuevos soportes (no
confundir soporte con información), específicamente las redes sociales, para la
cultura de la sociedad son nuevos espacios públicos y por lo tanto, fuentes de
información inmediata. Por mencionar sitios territoriales donde suceden hechos,
como la plaza de la ciudad, instituciones políticas e intermedias, a su vez,
hay que enfocar la atención en este espacio nuevo las redes sociales,
virtuales, pero a la vez reales.
Leonardo Haberkorn se ve
perjudicado con el desarrollo tecnológico que incluye a La Prensa. Sin embargo Larequi
dice, “el desarrollo tecnológico no solo perjudicó a la prensa, sino que
también fue fundamental para su mejora continua. La prensa consume tecnología.”
En esta cita, se puede encontrar a estos estudiantes abandonados por su
profesor, en el mundo de la web, los medios tradicionales se encuentran en
hacer simplemente click a una página que te lleva a otra página donde podes
encontrar imágenes, radio, audios, y lectura de todo tipo. Facebook, twitter, y
demás redes sociales alimentan la curiosidad, la distracción de las personas, y
como algunos autores dicen, desinforman. Sin embargo la palabra “desinformar”
es muy compleja para introducirla en la web, estar actualizado y con los
sentidos puestos en la inmediatez, suma las posibilidades de más fuentes de
información, pero a su vez implica tener cuidado con la confiabilidad, y
acreditación de la veracidad de los contenidos.
Para poder evaluar la
importancia de internet en la sociedad, hay que considerar las características específicas
de internet como tecnología, luego situarla en un contexto de una
transformación total de la estructura social, y relacionarla con las
características culturales de dicha estructura. Como dice el autor Manuel
Castells en su texto “el impacto de internet en la sociedad: una perspectiva
global”: “porque vivimos en la sociedad de las redes globales, la cultura de la
autonomía”, las redes sociales forman parte de esta cultura. Va en cada persona
el uso que le da, si bien, el miedo siempre fue que La prensa, el periódico, el
que se compra los domingos en el kiosco, deje de existir, y que la web consuma
y forme esa individualización de la que se pueden encontrar investigaciones en
las que se crea un individuo consumido, encerrado, desinformado y sin
sociabilizar. La prensa no dejara de existir, y tampoco las personas serán seres
antisociales. El cambio, difícil de asumir y difícil de adaptar, es el de los
tiempos. El papel desde su inicio siempre impuso una periodicidad, ordenada,
estable, con horarios de cierre. Hoy lo digital, al menos en su actual
configuración, porque nadie asegura que sea la definitiva, se caracteriza por
el vértigo de la actualización permanente, con todos los riesgos que conlleva
si se trata de ser rigurosos en la búsqueda de la veracidad y profundidad.
Siempre que apareció un medio nuevo se pensó que
los anteriores podían desaparecer y ello no ocurrió. Pero es verdad que este
medio nuevo, llamado internet, parece convertirse en una multiplataforma capaz
de quedarse con todo. De hecho, hay miles de diarios impresos en el mundo que
han dejado de existir en los últimos años. Pero si los libros sobreviven, ¿por
qué no las publicaciones periodísticas impresas?
Sigue siendo una costumbre sana el leer desde la
hoja impresa, aunque no se puede negar la disminución en la circulación y venta
de todos los medios gráficos ocurrida durante los últimos tiempos, que ha
obligado a las empresas a tratar de adaptarse a esta nueva realidad, buscando
sus propias plataformas digitales y compitiendo de lleno en ese otro mundo que
es el mercado.
Informarse hoy en día, cómo una
noticia llega a ser noticia, vista por un gran público de espectadores, y
divulgada por cada medio. Internet juega un rol importante en esta situación,
es posible introducir nuevos materiales informativos que tienen por fuente a sí mismos. Con el uso
de la web, el periodismo vuelve a su origen, a la opinión, el rumor, el viajero
que cuenta, la opinión que se convierte en hecho. Hechos y fuente (¿Quién
habla? ¿por qué?), dos palabras para decir lo que antes fue objetividad. Es
indudable que la calidad de los productos ofrecidos en las plataformas
digitales, en muchos casos, dista de ser profesional, serio y no responde a
criterios serios. La cuestión es el profesionalismo que domina en los medios y
los conceptos editoriales que se manejen. Muchos de los nuevos comunicadores
carecen de conocimiento de lo que es un manual de estilo, ello nos lleva a
encontrarnos con producciones poco serias y, en muchos casos, informaciones que
no resisten el menor análisis de seriedad o rigurosidad periodística. De ser
así, el rol de los alumnos de Haberkorn y de él mismo, es encontrar una clave
para modificar o abandonar la pretensión de informar, buscando variantes de
profundidad, narraciones de historias. El entretenimiento, la distracción, los
medios de información crea fuentes para la formación y la continuidad de la
prensa y su respectiva adaptación a la cultura de internet.
Si bien se puede encontrar un hilo argumental en el texto, la lectura es un poco confusa, sobre todo para alguien que no haya leído los textos que citás. Las oraciones son bastante extensas, y eso no aporta. Sin embargo, concuerdo con la visión general que planteás, todo es cuestión de adaptarse a los nuevos soportes, al nuevo medio.
ResponderEliminarMa. Florencia Benítez Rausch