sábado, 3 de septiembre de 2016

Adaptación

Por: Keila Udrizard

El hombre es un ser eminentemente adaptativo. Desde un punto de vista físico, el ser humano es capaz de adaptarse a cualquier tipo de cambio, alimenticio, climatológico, tecnológico, social. En ésta capacidad de acomodación, hay un elemento que interviene: la inteligencia, junto a ésta y la capacidad de resolver problemas es lo que permite al hombre adaptarse con relativa facilidad.
Aunque adaptarse no es algo sencillo, lleva su tiempo y comprensión. Algunos se rinden en el intento, como lo hizo el periodista uruguayo Leonardo Haberkorn, en su texto “Con mi música y Fallaci a otra parte”. Internet y la tecnología van de la mano, la queja del periodista reside en que se rinde, decide no luchar ante “esa” incomprensible multitud de estudiantes de Comunicación, ya que no logra captar la atención de ellos, consumidos por las redes sociales, y Haberkorn solo reafirma: “Me ganaron. Me rindo. Tiro la toalla.”
A este problema, podemos encuadrarlo en el ámbito pedagógico, quizás el profesor es quien deba implementar un sistema diferente para atraer la atención de sus estudiantes, sin embargo, para Haberkorn el inconveniente es que sus alumnos están perdidos en que “Una sucesión interminable de imágenes de amigos sonrientes les bombardea el cerebro. El tiempo se les va en eso.” Entonces para el periodista Haberkorn la tecnología es la era de la distracción, una persona podría hacer uso de este mundo que es el internet y las nuevas tecnologías, además como medio de distracción.
Lo que implica en el ámbito laboral como periodista, una empresa hoy en día, o mejor dicho, los nuevos medios, se adaptan a un nuevo soporte, reúnen los tres medios tradicionales, textos, sonidos, imágenes, este nuevo medio es inmediato, indispensable en un espacio casi infinito para publicar informaciones, parafraseando a Jesus Canga Larequi, en su texto “Periodismo e internet: nuevo medio, vieja profesión”
Estos nuevos soportes (no confundir soporte con información), específicamente las redes sociales, para la cultura de la sociedad son nuevos espacios públicos y por lo tanto, fuentes de información inmediata. Por mencionar sitios territoriales donde suceden hechos, como la plaza de la ciudad, instituciones políticas e intermedias, a su vez, hay que enfocar la atención en este espacio nuevo las redes sociales, virtuales, pero a la vez reales.
Leonardo Haberkorn se ve perjudicado con el desarrollo tecnológico que incluye a La Prensa. Sin embargo Larequi dice, “el desarrollo tecnológico no solo perjudicó a la prensa, sino que también fue fundamental para su mejora continua. La prensa consume tecnología.” En esta cita, se puede encontrar a estos estudiantes abandonados por su profesor, en el mundo de la web, los medios tradicionales se encuentran en hacer simplemente click a una página que te lleva a otra página donde podes encontrar imágenes, radio, audios, y lectura de todo tipo. Facebook, twitter, y demás redes sociales alimentan la curiosidad, la distracción de las personas, y como algunos autores dicen, desinforman. Sin embargo la palabra “desinformar” es muy compleja para introducirla en la web, estar actualizado y con los sentidos puestos en la inmediatez, suma las posibilidades de más fuentes de información, pero a su vez implica tener cuidado con la confiabilidad, y acreditación de la veracidad de los contenidos.
Para poder evaluar la importancia de internet en la sociedad, hay que considerar las características específicas de internet como tecnología, luego situarla en un contexto de una transformación total de la estructura social, y relacionarla con las características culturales de dicha estructura. Como dice el autor Manuel Castells en su texto “el impacto de internet en la sociedad: una perspectiva global”: “porque vivimos en la sociedad de las redes globales, la cultura de la autonomía”, las redes sociales forman parte de esta cultura. Va en cada persona el uso que le da, si bien, el miedo siempre fue que La prensa, el periódico, el que se compra los domingos en el kiosco, deje de existir, y que la web consuma y forme esa individualización de la que se pueden encontrar investigaciones en las que se crea un individuo consumido, encerrado, desinformado y sin sociabilizar. La prensa no dejara de existir, y tampoco las personas serán seres antisociales. El cambio, difícil de asumir y difícil de adaptar, es el de los tiempos. El papel desde su inicio siempre impuso una periodicidad, ordenada, estable, con horarios de cierre. Hoy lo digital, al menos en su actual configuración, porque nadie asegura que sea la definitiva, se caracteriza por el vértigo de la actualización permanente, con todos los riesgos que conlleva si se trata de ser rigurosos en la búsqueda de la veracidad y profundidad.
Siempre que apareció un medio nuevo se pensó que los anteriores podían desaparecer y ello no ocurrió. Pero es verdad que este medio nuevo, llamado internet, parece convertirse en una multiplataforma capaz de quedarse con todo. De hecho, hay miles de diarios impresos en el mundo que han dejado de existir en los últimos años. Pero si los libros sobreviven, ¿por qué no las publicaciones periodísticas impresas? 
Sigue siendo una costumbre sana el leer desde la hoja impresa, aunque no se puede negar la disminución en la circulación y venta de todos los medios gráficos ocurrida durante los últimos tiempos, que ha obligado a las empresas a tratar de adaptarse a esta nueva realidad, buscando sus propias plataformas digitales y compitiendo de lleno en ese otro mundo que es el mercado.
Informarse hoy en día, cómo una noticia llega a ser noticia, vista por un gran público de espectadores, y divulgada por cada medio. Internet juega un rol importante en esta situación, es posible introducir nuevos materiales informativos  que tienen por fuente a sí mismos. Con el uso de la web, el periodismo vuelve a su origen, a la opinión, el rumor, el viajero que cuenta, la opinión que se convierte en hecho. Hechos y fuente (¿Quién habla? ¿por qué?), dos palabras para decir lo que antes fue objetividad. Es indudable que la calidad de los productos ofrecidos en las plataformas digitales, en muchos casos, dista de ser profesional, serio y no responde a criterios serios. La cuestión es el profesionalismo que domina en los medios y los conceptos editoriales que se manejen. Muchos de los nuevos comunicadores carecen de conocimiento de lo que es un manual de estilo, ello nos lleva a encontrarnos con producciones poco serias y, en muchos casos, informaciones que no resisten el menor análisis de seriedad o rigurosidad periodística. De ser así, el rol de los alumnos de Haberkorn y de él mismo, es encontrar una clave para modificar o abandonar la pretensión de informar, buscando variantes de profundidad, narraciones de historias. El entretenimiento, la distracción, los medios de información crea fuentes para la formación y la continuidad de la prensa y su respectiva adaptación a la cultura de internet.


1 comentario:

  1. Si bien se puede encontrar un hilo argumental en el texto, la lectura es un poco confusa, sobre todo para alguien que no haya leído los textos que citás. Las oraciones son bastante extensas, y eso no aporta. Sin embargo, concuerdo con la visión general que planteás, todo es cuestión de adaptarse a los nuevos soportes, al nuevo medio.

    Ma. Florencia Benítez Rausch

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