viernes, 2 de septiembre de 2016

Poder elegir qué y dónde - Juan Legaria

Poder elegir qué y dónde

Juan Legaria

   Es indudable que las redes sociales ocupan gran parte de nuestro tiempo. El celular inteligente se ha vuelto compañero de estudio, de trabajo, de vida. Gracias a las opciones que nos facilita estamos continuamente conectados, como dice Manuel Castells, a una trama global de redes informativas y en ella no solo se encuentran los chat con amigos, Facebook o videos graciosos.

   La consolidación de internet trajo consigo variadas maneras de informarse que se complementaron a los diarios, la radio, la tele o el comentario del vecino. Blogs, foros, Wikipedia y millones de páginas más son a menudo visitados para la búsqueda de datos y hechos. Pero no todos los sitios tienen el mismo nivel de rigor o argumentación y en muchos casos la información es errónea, mal intencionada o una simple broma verosímil.

Diferentes maneras

   Desde ya hace un tiempo los medios tradicionales han comenzado a compartir (poco pero cada vez más) su posición de constructores de noticias, datos y conocimiento por la preeminencia de internet. Las redacciones y estudios han cambiado y los sitios web oficiales han ganado una fuerte relevancia.

   Jesús Canga Larequi certifica: “con la irrupción de internet los medios han afirmado la instantaneidad (el tiempo real) como ritmo normal de la información y la disponibilidad de todo el espacio necesario”. La urgencia ha contagiado la recolección, producción y publicación de las piezas comunicacionales que llegan al lector, modificando su predecesor hacer. Además de la velocidad, internet ha elevado la cantidad de lectores y productores de información.

   El conjunto de internautas sigue en aumento, parte de la población vive entre Tablets, computadores y celulares. Muchas escuelas intentan hace años complementarse con las tecnologías en una nueva expresión de pedagogía, mientras que la tele está cada vez más tiempo prendida, la play le gana al patio y el truco online a las cartas. Ya hace tiempo el teclado le robó el trono de la escritura a la birome.

   ¿Bueno o malo? El tiempo lo dirá. Mientras, las transformaciones en la tecnología van modificando nuestras formas de vidas, de entenderla y de practicarla. Los modos de socialización ya no son los mismos que hace cinco años atrás y la evolución continúa vertiginosa haciendo que nos repensemos a cada pantalla que miremos, dicho en la radio escuchemos o a cada página de diario que leamos.

¿En quién creer?

   Cuando titulares aparecen en nuestras redes sociales ¿de qué paginas provienen? Los grandes medios imponen lo que es noticia y lo que no, llamado en 1972 por Maxwell McCombs como agenda-setting. Salvando los sucesos locales que por proximidad logran su relevancia en el medio más cercano, en internet se da un juego claro: los hechos que los medios hegemónicos publican son esparcidos por la mayoría de los diferentes publicadores de noticias utilizando la base o muchas veces la pieza completa copiada del sitio oficial.

   De esa forma el sentido que esas producciones relatan, influenciadas por intereses propios, económicos y políticos, son repartidas en el flujo informativo en “un mundo constantemente interconectado en todas las dimensiones de la experiencia humana, trascendiendo tiempo y espacio mientras siguen generándose contenidos, creando enlaces y conectándose” como explica Castells.

   Cada producción, será un recorte de la realidad, la interpretación no ingenua de un hecho, ya sea leída en papel o en una pantalla, escuchada en radio o vista en tv. Y concibiendo que la mayoría de las veces nos informamos a partir de la prensa u otros medios masivos, como dice McCombs, las prioridades de estos se convierten en la de la mayoría del público y en gran medida sigue vigente hoy.

   Existe una realidad que dispone la accesibilidad de más lectores que internet habilita: los medios hegemónicos son aquellos que reciben la mayor cantidad de visitas en sus sitios, la producción que en papel se publica es reformada estéticamente, redactada diferente (recortada si es necesario) y puesta en las páginas webs. La reproducción del sentido que el medio da a sus noticias, notas, etc. no cambia por la modificación del soporte sino que amplifica su radio de influencia.

    Los sitios que de manera independiente buscan dar su visión diferente de los principales flujos de información encuentran un lugar para expandir su número de lectores, generar más repercusión e implantar un discurso propio, ajeno al hegemónico. Si bien se ha perdido un poco la confianza en la información intencionada de los grandes medios y aumentó la indagación en internet de sitios alternativos a estos, el efecto no logra aún modificaciones a gran escala, pero va rápidamente en aumento.

   En cualquier caso, la búsqueda debe ser muy cuidadosa y selectiva por no existir el respaldo o acceso necesario a las fuentes. Un lector activo, atento y crítico es el que debe formarse para estas nuevas formas de acceder a la información que traen una solución ante la monopolización de la información y una discusión más a la definición del qué se comunica y qué no.

¿Sin límites para quién?

   Mientras los grandes empresarios de internet aclaman un mundo que en cada uno de sus rincones llegue la red, millones de páginas buscan su lugar en el discurso interconectado para quebrantar la supremacía ganada a publicidad de los grandes medios. Miles de hechos ocurren en el planeta y muy pocos se enteran ya que como dijo Furio Colombo: “no todas las noticias que tendrían que nacer nacen, no todas las noticias que nacen están en relación directa con la necesidad y el deber de informar”.

   Evidenciar que es mucho más lo que se oculta es una tarea que día a día se lucha en la trama global de redes. El espacio y la conectividad ilimitada nos dieron un arma a todos. En nosotros queda utilizarlas con el cuidado, siendo conscientes de las consecuencias de las palabras. Sean donde sean publicadas, cada vez que sean leídas lograran su misión, impondrán un sentido por más mínimo que sea su efecto.

   La pluralidad de voces que internet facilita nos da la posibilidad de elegir qué consumir y dónde informarnos. Intentando entender cómo y por qué fue hecha la pieza, daremos lugar a, como dice Canga Larequi: “públicos que se están convirtiendo en elementos activos al poder elegir sus propios contenidos, un nuevo hábito de los usuarios que ha de llevar dispuesta una redistribución del consumo de medios”.

Mirar y no leer

   Además del chiste, el video del perrito y las fotos de la noche anterior, el inicio de Facebook, twitter, Instagram, entre muchos otros, está repleto de titulares de los medios que seguimos o que por publicidad aparecen e inician una vorágine de breve información. Pero no hay tiempo para entrar a leer o indagar en otro lado, ahí abajo sigue otra cosa (no importa qué), el inicio debe continuar mostrando más. De la imagen del refugiado pasamos a reírnos del video siguiente, el me gusta a la obra de caridad o la publicación de venta de tortas: sin límites la interconectividad agrupa lo trágico, lo divertido, lo cruel y lo bello en un solo correr de dedo y el usuario sigue sin menor preocupación. La voracidad impulsada por la acelerada práctica cotidiana nos lleva a enterarnos más pero conocer menos. El lector atento y activo se vuelve más necesario que nunca.



Cantidad de palabras: 1200

2 comentarios:

  1. de Stefanía de la Fuente: Considero que "elegir qué y donde" está escrito desde el uso cotidiano de la relación internet-medios tradicionales, ya que relata situaciones con las que cualquier usuario de internet puede identificarse. Por otro lado, encuentro algunos párrafos bastante confusos y con omisión de palabras lo cual hace que la frase pierda sentido.
    Me parece interesante, finalmente, que el foco esté puesto en la búsqueda de un lector crítico con aquello que se le presenta como verdad.

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  2. Agostina Giarrosso: Es interesante que aborde como principal tema el uso de las tecnologías e Internet, ubicando desde allí a los medios de comunicación tradicionales. Toma como principal eje el rol del lector en web, dando coherencia y pertinencia al título. La lectura junto con la teoría es fluida, ayudando con los subtitulos.

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