viernes, 2 de septiembre de 2016

por J.Bautista Veaute

Internet y el proceso de democratización de la información
  
  Hacer un análisis sobre el ejercicio del periodismo en la actualidad es una tarea con una cantidad de variables amplias. Sin dudas que si el objetivo es reflexionar acerca los consumos periodísticos y comunicacionales en 2016, no se puede dejar de lado el soporte por donde circulan estos contenidos: internet.
  Antes de esbozar dicho análisis, es menester apropiarse de una definición de comunicación socializada. Sobre esto, el profesor español Manuel Castells, en su estudio El impacto de Internet en la sociedad: una perspectiva global, afirma: “Yo defino «comunicación» como el ejercicio de compartir significado mediante el intercambio de información. La comunicación socializada es la que se da en el espacio público, es decir, que tiene el potencial de llegar a amplias capas de la sociedad. Por lo tanto, la batalla por el control de la mente humana se libra en gran medida en el proceso de comunicación socializada.”
  Siguiendo esta línea de pensamiento, se torna necesario definir qué rol toma la comunicación y el periodismo en la era de internet. Según Castells internet es una <tecnología de libertad>, por lo tanto un primer análisis del ejercicio periodístico en la web pareciera llevar al cumplimiento de la utopía del periodismo independiente: tener un soporte donde publicar, de bajo presupuesto y buena calidad. Entonces se puede afirmar que el periodismo en la web es el intercambio de información, de forma masiva, que interpela a sujetos en un espacio público; el cual el único requisito que exige es tener una conexión a internet para acceder a los contenidos.

Configuraciones de los consumos de información en la web

  Los consumos de información en internet por sobre los formatos en papel cuentan con amplias ventajas de acceso y costo, si bien aún es resistida la lectura prolongada sobre pantallas, la tecnología progresa velozmente y los aparatos digitales imitan cada vez mejor al papel en sus soportes de lectura; los Kindles (ebooks de la marca Amazon) son un claro ejemplo de esta mejoría. Entonces, pareciera ser que la democratización de la información puede llegar a su punto de máximo esplendor con la era de internet, pero tal afirmación aún no es correcta. En este punto del análisis, es de vital importancia recordar la clasificación de Jürgen Habermas sobres los medios de comunicación e identificar que aún nos encontramos en el modelo de prensa-negocio, el que se caracteriza por tener empresas monopólicas de información y su objetivo central son las ganancias.
  El acceso a fuentes de información se ha ampliado como nunca antes desde la masificación del uso de internet. En 2013 se estimaba que de una población total 7700 millones de habitantes, 7000 millones pueden ingresar a internet. Estos datos obligan a los medios tradicionales a reinventarse constantemente y encontrar su lugar en la infinita web, un mundo que, más allá de ser virtual, no deja de ser parte de la realidad. Para ello han estudiado a los usuarios y sus tipos de actividades en las redes. Los ejemplos están a la vista de los navegadores diarios: se puede ver que las grandes empresas de comunicación han invertido considerablemente en sus plataformas en la web, creando plantillas interactivas y sencillas, agradables a la vista del usuario; en sus perfiles en las redes sociales, contratando tuiteros y expertos en consumos de contenidos de Facebook. Si se analizan las estadísticas, se puede afirmar que los medios digitales con mayor cantidad de visitas, son los hegemónicos, aquellos que aún conservan su plataforma tradicional. En Argentina y Brasil, por ejemplo, las páginas de noticias más visitadas son las pertenecientes al Grupo Clarín y Grupo Globo.
  En cuanto a los contenidos, en la web se reconfiguran y prevalecen los formatos audiovisuales por sobre cualquier otro, y cuando se trata de escritos, la imagen tiene mucho más valor que en los medios tradicionales. Más allá de estas variantes, en las que los medios tradicionales basaron su reinvención, el concepto de agenda setting desarrollado por Mc Combs y Shaw en el texto ¿Qué agenda cumple la prensa?, sigue vigente. Siguiendo la línea de pensamiento de Mc Combs y Shaw, es posible afirmar que en la era de internet, los medios no nos indican cómo pensar, pero si nos dicen sobre qué pensar  y qué no (en este caso omitiendo información o minimizándola). Los contenidos toman otro formato, se reconfiguran y su acceso se abre para el grueso de la población, pero quienes siguen produciendo sentido, quienes eligen de qué hablar y qué no, siguen siendo los medios hegemónicos.

Medios alternativos y comunitarios en la web

  Cuando se habla de medios hegemónicos, se está acuñando una definición desarrollada por el filósofo italiano Antonio Gramsci. El concepto hegemonía tiene sus raíces en la palabra griega hēgemonía, término militar que puede significar dirección, primer puesto, preferencia; del cual deriva el verbo hēgemoneúein, que puede significar gobernar o comandar. En la obra de Gramsci, hegemonía refiere al poder de determinados actores que ejercen sobre otros subordinados, haciendo prevalecer su ideología y valores, creando en ellos un pensamiento homogéneo, incapaz de cuestionar el orden impuesto.  Entonces los medios hegemónicos son aquellos que se han constituidos como masivos y su público no cuestiona los contenidos: “si se publica en el diario X, tiene que ser cierto”.
  Ante esta realidad es que surgen los medios alternativos y comunitarios. Hay dos diferencias centrales que los antagonizan con los hegemónicos: su lógica de producción no es comercial ni ideológicamente consentidora. Con esta perspectiva de pensamiento, sumado a las posibilidades que ofrece la web, es que los proyectos de medios alternativos y comunitarios independientes no quedan sólo en las hojas arrugadas de un viejo cuadernillo, sino que se tornan materiales, o mejor dicho, virtuales. La adversidad que se presenta para los nuevos medios independientes de la web, ya no es el soporte, como lo era antes los costes de imprenta o edición gráfica, sino atraer al público que se pasea por los medios hegemónicos, capaces de pagar altos gastos en materia publicitaria. Respecto a esto, han surgido grandes emprendimientos periodísticos, que con su experiencia, marcan que la clave hacia la horizontalidad, heterogeneidad e independencia de la información, es el trabajo cooperativo. Claros ejemplos son la experiencia de Cosecha Roja, Anfibia o La Garganta Poderosa.

Gracias a Internet


  Internet ha dado origen a un proceso de democratización de la información sin precedentes. Si bien en la batalla por el público, los medios hegemónicos reconfigurados en la web, están un paso adelante, los nuevos medios alternativos y comunitarios han dado un gran salto de calidad en los últimos años. Un ejemplo claro es la revista Anfibia que registró más de 433 mil visitas en una semana, en una de sus notas del año pasado; con la aclaración de que el medio no se publicita.
  Además de los soportes digitales de bajo costo, los editores de medios comunitarios cuentan con múltiples softwares y sistemas operativos libres, que se pueden descargar en la web. Ellos cuentan con herramientas idénticas a los privados y además, en la mayoría de los casos, se pueden encontrar tutoriales y manuales de uso.
  Todas estas posibilidades alojadas en internet, sumado a la gran cantidad de dispositivos con internet que han adquirido personas de todas las clases sociales, facilitan la tarea de hacer posible la tarea de comunicar democrática y fidedignamente. 

1 comentario:

  1. Por: Lisandro Wursten

    "Internet y el proceso de democratización de la información" de J. Bautista Veaute es un texto de argumento sólido, que lleva al lector a reflexionar a cerca de las posibilidades pluralistas y liberadoras de este nuevo soporte tecnológico. El autor parte de la definición de "comunicación Socializada" del español Manuel Castells para elaborar una hipótesis que someterá a duras pruebas a lo largo de su obra. Durante el debate teórico hace hincapié en ideas de Jürgen Habermas, padre de la "teorïa de la acción comunicativa"y en la noción de "agenda-setting" de Maccombs y Shaw. Para explicar la diferencia entre medios dominantes y alternativos, desarrolla minuciosamente el concepto de "hegemonía" de Antonio Gramsci. Durante sus aproximadamente 1200 palabras, El autor nos sumerge en un texto actual y relevante para los estudiantes de comunicación social, que si bien por momento cae en ciertas repeticiones de palabras y etimologías innecesarias, presenta una minuciosidad argumentativa destacable.

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