viernes, 2 de septiembre de 2016

Comunicación en la era digital
Stefanía de la Fuente

  Los últimos avances tecnológicos y la consolidación del Internet como nueva forma de construcción de saberes han ocasionado profundos cambios sociales y políticos, pero sobre todo han transformado completamente el escenario mediático.
   En una sociedad saturada verdades sesgadas donde cualquier persona puede crear, acceder, utilizar y compartir información, el reto es convertir ese flujo de mensajes en conocimiento. La tarea es aún más difícil para los medios de comunicación tradicionales que deben adecuarse a las exigencias que la sociedad de la información requiere: actualización e innovación.
   Las redes sociales han jugado un papel fundamental en este cambio de velocidad en la comunicación. Pensemos que hace 12 años los mensajes tardaban horas en llegar al destinatario, en cambio en Facebook hoy podemos saber qué actividad realiza una persona que está a miles de kilómetros de distancia de mi ubicación, acompañar su recorrido con imágenes, enviarle un comentario sobre lo que aquello me representa y esperar apenas algunos minutos en que sea contestado. Entonces, la tecnología no solo afecta a los medios de comunicación históricos sino que además ha creado un nuevo espacio, un nuevo medio de comunicación, que es aún más completo, integral e instantáneo.
   Los medios masivos han cambiado su proceso de producción y circulación de contenido sumando herramientas audiovisuales y adoptando palabras utilizadas en internet tales como primicia, tendencia, rating, seguidores, hashtag, posteo, comunidad virtual y tweet, en su vocabulario cotidiano. Gran cantidad de diarios tienen su versión digital donde las noticias se actualizan constantemente y otros tantos han decidido prescindir del soporte impreso para dedicarse exclusivamente al digital; las radios tienen su dial reproduciendo online las 24hs con programas en vivo y podcast grabadaos, mientras que la televisión vincula las redes sociales con sus programas como una forma de medir la audiencia y saber qué les agrada a los televidentes.
   Incluso el rol del profesional de la comunicación ha mutado. Internet es aceptada por los periodistas como una fuente directa de información, con la particularidad de necesitar de una verificación exhaustiva y constante si se pretende utilizar en forma responsable la gran cantidad de documentos que por allí circulan.
   Sin embargo, con la constante búsqueda de primicia los medios digitales suelen caer en errores de veracidad resultantes de publicaciones informales con escaso rigor periodístico. Es en este punto en el que se desvirtúa el papel del profesional y se mezcla con el aficionado a la tecnología, creando un cóctel de nuevos seudo-periodistas.
   A medida que avanzan los conocimientos en torno a las herramientas tecnológicas se facilitan también los saberes para crear páginas web, lo cual produjo que emergieran cientos de direcciones dedicadas a la publicación de noticias de toda índole y resignificando el concepto mismo de noticia.
Hoy, las noticias más leídas en Internet son aquellas que comentan sobre un video que se ha vuelto viral, es decir, que es visto en todo el mundo y ha generado millones de reproducciones en YouTube; las que revelan datos íntimos de personajes públicos del país o las referidas a hechos policiales, que además de ser las más leídas son también las más comentadas.
   La información sobre el espectáculo es consumida constantemente por adultos y adolescentes que funcionan como encargados de gestar un puente entre el mundo online y el elaborado por los medios históricos: la plataforma Twitter es utilizada en la actualidad como una agencia de medición de raiting y los diarios poseen un espacio de comentarios donde sus lectores pueden hacer uso de su derecho de expresión y hasta generan grupos para compartir cierto tipo de información.
   La agenda que los medios llevan a cabo hoy no está dirigida simplemente por la televisión y el diario como agentes apoderados de decidir qué es noticia y qué no; el itinerario ha mutado y se ha amoldado a las necesidades multimodales de la comunidad en red. Pero ¿Qué beneficios encuentra la comunicación con esta nueva manera de informar? ¿Cuál es el rol del periodista en la búsqueda y difusión de la información en la actualidad?.
   Pues bien, una de las eternas discusiones en torno a la tarea del comunicador es la objetividad con la que se deben tratar las noticias y la libertad para expresar una postura ante determinada cuestión social. En Argentina es frecuente oír hablar de medios monopólicos de comunicación, de libertad de expresión, censura mediática y hasta se han diferenciado grupos como periodistas independientes en contraposición a periodistas militantes.
   Las nuevas tecnologías permiten correrse de esta polémica para darle espacio a quienes piensan en la comunicación como un derecho humano por fuera de los intereses sectoriales, es decir, aquellos medios que se autodenominan independientes. Como se ha dicho, Internet es una herramienta para los medios tradicionales, pero es además un instrumento de resguardo de la autonomía de pequeños sectores que entienden a la comunicación no como una mera reproducción de la información sino como un instrumento para la construcción social de una nueva realidad y la democratización de la palabra.
    El rápido alcance, el bajo costo, la libertad de utilización de sofwares, la facilidad de acceso, el manejo por parte de la juventud, la solución al problema de la distribución de los productos comunicacionales, entre otras muchas especificaciones hacen que la información digital sea tan importante en la actualidad que incluso se dicten carreras universitarias con modalidad no presencial y sus clases sean dadas a través de Internet. Sin embargo, ninguna de estas características del Internet representan una amenaza para la existencia de la prensa, pero si conllevan el desafío de coexistir en un mundo cargado de pantallas que aún así defiende la palabra.
   Finalmente, no es constructivo discutir si serán los medios tradicionales los que sobrevivirán o lo harán los medios únicamente digitales que ya son aceptados como facilitadores de información instantánea, en todo caso, debe discutirse qué papel querrá ocupar el comunicador en el medio de está escena. Es esencial que el periodista no caiga en la postura cómoda de generar contenido a pedido de la audiencia y pierda aquello fundamental, que funda desde un primer momento la práctica, informar sobre la realidad cotidiana con la mayor cantidad de pruebas comprobadas y permitirle a la sociedad ejercer su derecho a conocer qué sucede.






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