viernes, 2 de septiembre de 2016

(Des) Interés y adaptación

Agostina Giarrosso   


   Hoy en día es necesario hablar de cómo la información penetra en las personas. La primera pregunta que debe plantearse es: ¿los medios de comunicación nos hacen pensar de la forma que quieren? ¿Repetimos todo lo que dicen? tomemos el ejemplo real de cuando los programas de televisión, radios, diarios, y revistas nos dijeron que en el año 2012 era el fin del mundo. ¿Acordamos con aquella noticia? Posiblemente no, algunos sí, o hubo a quienes a la noticia despertó curiosidad. De todas maneras, todos tuvimos discusiones con nuestros amigos y hermanos, padres y abuelos, vecinos y compañeros del trabajo, acerca de que si era verdad o no. Seguramente se cuestionó la credibilidad de la cultura Maya, si nos pareció un disparate o nos resultó tan posible como creer en la reencarnación. Muchas cuestiones surgieron al rededor del tema, y claramente la noticia transmitida no se insertó en nosotros como un chip de información, sino que se cuestionó, y sin darnos cuenta estábamos hablando del tema. Puede ser que intencionalmente no queríamos hablarlo, o en realidad, no nos interesó del todo el fin del mundo, pero si era real que durante todo un año no hubo quién no haya opinado al respecto. Los medios sin utilizar la fuerza, de una u otra forma, nos impusieron de qué hablar. También podríamos decir que es imposible que los medios nos impongan de qué hablar, ya que solo nos vamos a informar por mero interés propio, porque poco o mucho, en el fondo nos incumbe, y además, hablamos de determinados temas porque son los que más interesan a la gente, afirmarán algunos. Pero entonces, ¿cómo hoy terminamos hablando de corrupción si algunos decimos que nos desagrada la política? ¿Cómo es que pasamos horas hablando sobre un tema que anteriormente nunca buscamos e investigamos por nuestra cuenta? ¿Cómo es posible que se debata ferozmente la renuncia de Messi en la selección, si algunos apenas -o ni siquiera- miramos fútbol? 
   A lo que nos referimos, es que los medios masivos de comunicación no nos dicen qué pensar, pero tienen la capacidad de establecer qué pensar, es decir, de qué hablar, definir el interés del público. Siendo ya clasificado como agenda setting por McCombs, afirma que “Este impacto de los medios masivos -la capacidad de efectuar cambio cognoscitivo entre los individuos, de estructurar su pensamiento- ha sido rotulado como la función establecedora de agenda de la comunicación masiva, su capacidad para ordenar mentalmente y organizarnos nuestro mundo”. Por lo tanto, son muy importantes los temas que se hablan como los que no; los temas no hablados son invisibilizados, censurados, o inclusive, hasta inexistentes. 
   Retomando la teoría de la agenda setting, vale aclarar que estos estudios no son nada nuevos. Se han realizado hace bastante tiempo, incluso cuando Internet no era de uso masivo. Hoy en día, la información no llega a nosotros de la misma manera que hace 50 años 
atrás, ni siquiera igual que hace 10 años. Por lo tanto, es preciso analizar las cuestiones que no solo incumbe a quienes consumimos la información, sino también a quienes la producen. En el momento en que la información está en circulación debemos considerar al uso de las tecnologías y preguntarnos ¿está desplazando el poder de comunicar de los medios tradicionales? Ahora bien, detengámonos en nuestras prácticas cotidianas. Probablemente la mayoría del público joven no tiene como hábito leer un diario, y no se le ocurre ni gastar $5 pesos en uno. Preferimos gastar mucho más dinero para pagar el internet de nuestra computadora de escritorio, notebooks, netbooks o aun así el de nuestro celular, ya que desde nuestro Smartphone sencillamente podemos informarnos, entretenernos con juegos, películas o series, chatear, etc. en cualquier momento. ¿Esto es el fin del medio tradicional? ¿Internet lo ha desplazado? No desesperéis, que los medios tradicionales no se han quedado atrás. No debemos subestimarlos, ni un poco. Las empresas gráficas tradicionales han logrado insertarse en las redes sociales más utilizadas como Facebook o Twitter, y hasta tienen su página de internet con contadores de visitas. “En el PAÍS hemos decidido no solo no tenerle miedo al cambio, sino adelantarnos en la medida de lo posible para estar en la vanguardia de este cambio, igual que lo estuvimos en la del nacimiento de la prensa independiente en España y en el de la información de calidad y competitividad en español”. Aclara Antonio Caño, el director del diario EL PAÍS, es el periódico digital más leído en España.
     Por lo tanto, la teoría de la agenda setting es aplicable a los medios digitales. No es excluyente ya que la noticia utiliza como soporte tanto la página de un diario como un tweet. Pero lo que vale es la noticia por sí misma. La noticia deberá adaptarse a las nuevas formas de codificación que deben llevar adelante para ser decodificadas de la manera que se espera (y posiblemente Stuart Hall estaría de acuerdo con que los medios de comunicación masivos y tradicionales lo han logrado y lo siguen haciendo). 
   Más precisamente, cuando decimos que las noticias deben adaptarse a nuevas formas es, por ejemplo, que no es la misma manera de cómo leemos un diario, a cómo leemos en la web. Generalmente las lecturas de la web son más cortas, rápidas, nómades; no alcanzamos a terminar de leer un artículo que ya nos encontramos con otro link que nos lleva a otra dimensión. ¿Pero no pasaría lo mismo cuando 'hojeamos' el diario o la revista, saltando las páginas? En partes sí, pero por otro lado las variables del tiempo y espacio son distintas, en Internet podemos recorrer hasta el límite de aburrirnos o cansarnos, o bien, hasta darnos cuenta que estamos leyendo temas tan desconocidos, y es muy poco probable luego poder compartirla en una charla cotidiana. De todas formas, no hay que dejar de recordar que de alguna u otra manera los medios tradicionales son los que más se leen, pero ahora en pantallas brillantes y con menos caracteres. 
   Para finalizar, en la actualidad la inmensa legitimidad que poseen los medios tradicionales en Argentina, produjo que especialistas en comunicación pública y encargados de estrategias discursivas de la actual Presidencia de la Nación, optarán por las redes sociales como una herramienta para hacer oír su voz estatal. Ellos plantean que la comunicación con los ciudadanos debe ser horizontal, y a su vez, comunicar de formar objetiva y no instalar un discurso propio del gobierno. Pero ¿es posible ser objetivo a la hora de informar? Si le enviamos un tweet al presidente de la Nación ¿Hasta qué punto es horizontal la comunicación? un intento de utilizar cuentas oficiales es para imponer temas antes que lo hagan cinco o seis medios opositores. Claramente el discurso es totalmente subjetivo, la información, precisamente la noticia, siempre será subjetiva. Tampoco podremos reconocer que efectivamente exista una comunicación horizontal. El 
perfil de twitter del presidente por más informal que escriba, no dejará de ser el presidente de la Nación, y las demás personas del público no dejarán de ser unas más del montón. Por eso, es preciso traer a colación nuestros saberes como estudiantes de comunicación 
social y reconocer que, aunque tengamos la capacidad de poder responderle al presidente, o podamos informar a través de twitter al igual que él, no tenemos la misma capacidad de comunicar; no todos los sujetos podemos hacernos escuchar por igual. La relación entre el poder y el discurso descansa en un orden jerárquico. Por eso, nos guste o no, quien más poder tiene, informa (o impone) mejor. 

2 comentarios:

  1. Juan Legaria: Me parece positiva la forma de abordar el tema, las discusiones que se dan me parecen pertinentes. Lectura llevadera y con situaciones que pueden interpelar al lector. La cantidad de preguntas usadas puede ser excesiva y una cita directa esta mal redactada. También, algunas frases pueden ser recortadas para decir lo mismo. Me parecen correctas las citas elegidas para el desarrollo del texto. Buen título.

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