Lucía Monserrat
Gracias a los medios masivos de comunicación, todos los días nos
alimentamos de diferentes discursos acerca de la realidad. Estas
construcciones, lejos de ser inocentemente publicadas, acarrean distintos
procesos de selección, jerarquización y edición en pos de intereses que van
mucho más allá de informar. Históricamente, estos medios establecieron la
información que consumimos día a día, teniendo el poder mediante la elección de
determinadas noticias de recortar la realidad y de esa forma delimitar los temas
de discusión en la sociedad. Esta gran influencia ejercida sobre la percepción
de la realidad de las personas es lo que Maxwell MacCombs y Donald Shaw
denominaron “agenda setting” hace casi 40 años. Teniendo en cuenta que la
sociedad, al igual que los medios no son lo que eran hace 40 años. ¿Cómo se
puede medir el poder que tienen estos en el mundo actual, con la irrupción de
Internet y las redes sociales y la idea de “democratización” de la información?
TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD
A lo largo de la historia, muchos de los cambios que experimentó el
periodismo estuvieron dados por avances técnicos. Estos avances fueron también
posibles gracias a que respondían a demandas sociales, o bien fueron
acomodándose en torno a ellas. La evolución de la tecnología es un proceso que
sólo es posible comprender teniendo en cuenta diferentes dimensiones que
enmarquen sus progresos y la perduración de los mismos dentro de un contexto
social. Al hablar de comunicación de masas, entendiendo como masa a aquel
colectivo que consume día a día estos medios de gran tirada, los avances no
sólo afectan las dinámicas de producción y circulación de noticias, sino que
alteran las formas en que las personas reciben la información, modifican las
prácticas sociales y de este modo obligan a los medios a adaptarse y
reconfigurarse constantemente. En la época actual, caracterizada por ser una
época predominantemente audiovisual, la pantalla es el foco de la vida social.
Debido al uso constante de Internet, las personas están permanentemente conectadas,
en un sitio en el que las posibilidades son casi infinitas y se renuevan
constantemente. Como dice el sociólogo Manuel Castells: “La nuestra es una
sociedad red. (…) Y como las redes son globales y no conocen límites, la
sociedad red es una sociedad de redes globales. Esta estructura social propia
de este momento histórico es el resultado de la interacción entre el paradigma
tecnológico emergente basado en la revolución digital y determinados cambios
socioculturales de gran calado”. De esta manera establece una relación directa
entre Internet y el auge de la autonomía social presente en el mundo actual.
LA PRENSA ESCRITA Y EL NUEVO MEDIO
La
prensa escrita, al ser el medio masivo de comunicación más antiguo, ha
sobrevivido a innumerables innovaciones técnicas, así como a la aparición de
nuevos medios más veloces y seductores. Actualmente se cuestiona su
supervivencia en papel frente a la consolidación de las plataformas de Internet
como nuevo soporte de los periódicos. Una vez más, debe adecuarse. Esto no
significa que desaparezcan definitivamente los diarios impresos pero si la
necesidad de contar con un espacio digital para todos aquellos que lo
prefieran. Esta adecuación supone no sólo el paso de los contenidos existentes
en los periódicos impresos a un medio digital, sino que implica necesariamente
un ajuste en la forma de estructurar la información dado por las diferencias de
lectura que caracterizan a la pantalla.
Este
nuevo medio (tal como lo define el periodista Jesús Canga Larequi), altera los
horarios a los que el trabajo periodístico estaba acostumbrado, expande de
manera casi ilimitada el espacio disponible para los contenidos a publicar y
exige nuevos formatos que se ajusten a las necesidades de los nuevos lectores
digitales. Estos, ya no van a ser simples receptores de información sino que
van a expandir sus capacidades apoderándose de un nuevo lugar en la dinámica de
la comunicación, convirtiéndose en usuarios activos, los cuales tienen las
posibilidades de responder a los contenidos publicados, refutarlos,
compartirlos o incluso añadir nuevos datos. Como afirma Castells: “Con la
aparición de internet y las comunicaciones inalámbricas, el proceso de
comunicación para toda la sociedad se fue desplazando desde la comunicación de
masas a la autocomunicación de masas. Ello significa pasar de un único mensaje
enviado de uno a muchos con muy poca interactividad a un sistema basado en
mensajes de muchos a muchos, multimodal, en el momento escogido y con
interactividad total, en el que los emisores son receptores y los receptores,
emisores”.
Internet modificó la noción que teníamos de espacio y tiempo dentro de
los medios de comunicación tradicionales. Sus plataformas expanden de manera
indeterminada el espectro de información disponible, acelerando el ritmo y
borrando las fronteras de difusión. Esto significa que para la prensa no sólo
cambia el soporte sino que se alteran las formas de recepción y circulación de
la información, se modifican los horarios para los periodistas, quienes ahora
no sólo van a tener que estar conectados constantemente para estar
actualizados, sino que van a tener las mismas posibilidades de publicar
contenido que el resto de los usuarios, lo que definitivamente revoluciona las
prácticas y procesos de construcción social de la realidad. En la pantalla se
lee distinto, y no sólo se lee, se comenta, se opina, se comparte, se discute.
La realidad ya no se construye en un papel y se vende en horarios específicos.
Se construye constantemente, desde muchos lugares y espacios. El desafío de los
periodistas es entonces es seguir reproduciendo de manera responsable la
información y adaptarse a este público dinámico y a las nuevas plataformas
caracterizadas por su rapidez y alcance universal. El mayor reto es seguir
luchando a favor de la verdad y no de la exclusiva, y para esto no deben
desconectarse de la realidad, de los lugares de los hechos donde las noticias
son fundadas.
Furio Colombo planteaba en su texto “¿Cómo nace una noticia?” escrito a
fines de la década del 90 que una de las dificultades del periodismo era la de
no poder controlar muchas veces, el inicio de las noticias, debido a todas las
intervenciones periodísticas y no periodísticas que se hicieron en el
transcurso de su circulación. Con la instauración de Internet, estas
intervenciones se han multiplicado a escala global, por lo que verificar los
inicios de las noticias es un trabajo mucho más difícil. Esto perjudica el
trabajo periodístico, ya que como afirmaba Colombo dos de los deberes más
estrictos de los profesionales son los de las verificaciones del hecho (siempre
que sea posible) o de las fuentes.
Si bien los medios considerados hegemónicos no pierden tal hegemonía, si
se puede decir que se abre el abanico de posibilidades para aquellos para los
cuales la web es el único soporte que les permite lograr un gran alcance. Los
medios de comunicación tradicionales actualmente deben actuar en conjunto con el
entorno digital, ya que este no sólo les permite estar informados
permanentemente, sino que además les brinda una mayor conexión con las personas
y sus intereses. Hoy en día basta con entrar a twitter y visualizar los
“trending topics” para saber cuáles son los temas de debate entre los usuarios.
Para los periodistas entonces, el trabajo de estar informados supone una rutina
sin descanso. Como sostiene Castells: “No es el final del periodismo sino de
una nueva forma de hacerlo”.
¡Están muy buenas las reflexiones Luli! Y las citas son acordes a lo que querés argumentar en tu postura. Lo único, como me pasó a mi también, por ahí se vuelve muy teórico, pero teniendo en cuenta el medio en el que se publica, creo que no es un problema.
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